Alerta amarilla: cómo prevenir los golpes de calor ante las altas temperaturas

El SMN emitió un alerta por temperaturas extremas cuyos efectos son considerados peligrosos para los grupos de riesgo. Desde la Municipalidad recomiendan no exponerse al sol entre las 10 y las 16 horas, y prestar atención a ciertos síntomas.

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El Servicio Meteorológico Nacional publicó un alerta por temperaturas extremas (calor) para nuestra zona. El nivel es amarillo, es decir, de efectos leves a moderados para la salud. No obstante, se consideran peligrosos para los grupos de riesgo, como bebés y niños pequeños, mayores de 65 años y personas con enfermedades crónicas.

Ante esta situación, la Municipalidad de Santa Fe brinda recomendaciones sobre cómo prevenir el golpe de calor. A modo preventivo, la Dirección de Salud municipal recuerda la importancia de no exponerse al sol directo durante las 10 y las 16 horas, ni de manera prolongada. Además, es menester usar ropa clara y liviana, colocarse protector, permanecer en espacios ventilados o acondicionados y, sobre todo, no hacer ejercicio en la hora pico: es totalmente desaconsejable realizar actividad física con una temperatura superior a los 30 grados.

Los síntomas

El agotamiento por altas temperaturas -que es el estadio previo al golpe de calor- se puede reconocer por una sudoración excesiva, sed intensa o sequedad de las mucosas, calambres musculares, debilidad y cansancio. Los dolores en la zona abdominal y la falta de apetito son otros de los síntomas que hay que tener en cuenta, como así también las náuseas, los vómitos o los dolores de cabeza.

En el caso de los bebés, se puede detectar por la piel muy irritada o el sudor abundante en el cuello, las axilas y el pecho. También se puede evidenciar por la piel pálida y fresca o la irritabilidad plasmada en el llanto incontrolable.

Cuando se da un cuadro de golpe de calor se puede observar la piel roja, caliente y seca. Por otro lado, la respiración y la frecuencia cardíaca se aceleran. También se puede sumar un dolor de cabeza intenso, sensación de mareo, náuseas y/o vómitos.

Cómo prevenir y qué hacer

Para evitar el golpe de calor es indispensable cuidar la alimentación y la hidratación. En el caso de los lactantes, se aconseja amamantar con mayor frecuencia y en el caso de los niños pequeños y los adultos mayores, hay que ofrecer constantemente agua potable o jugos naturales.

En tanto, se desaconseja la ingesta de gaseosas y de bebidas con cafeína, alto contenido en azúcares o alcohólicas. Tampoco se deben ingerir comidas con alto valor calórico. Los niños nunca pueden quedar en habitáculos sin ventilación, como por ejemplo el interior de un auto.

Ante un golpe de calor, debe posicionarse a la persona boca arriba, en un sitio fresco, a la sombra y bien ventilado, así como también, quitarle la ropa que no necesite y aflojar la que le oprime. Puede ayudar la colocación de compresas de agua fría en la cabeza, la cara, el cuello, la nuca y el pecho, e ir cambiándolas a medida que se calienten.

En caso de que esté consciente, se le deben ofrecer líquidos como agua segura, de rehidratación oral o bebidas isotónicas. Si está en estado de inconsciencia, es necesario activar de inmediato el sistema de emergencias sanitarias.