Bolsonaro hizo esas declaraciones al abordar la probabilidad de fraude en las elecciones de su país el próximo año mediante el uso de máquinas de votación electrónica.
“Mira lo que está pasando en Argentina. Estuve allí en 2019 y dije que si la izquierda regresaba al poder, íbamos a necesitar una operación alojada en Rio Grande do Sul. La Clase A ya empieza a salir de Argentina. Sólo un milagro salvará la economía argentina”, destacó Bolsonaro.
“Injerencia directa del presidente Fernández en los medios de producción, prohibió las exportaciones de carne por 30 días diciendo que el precio iba a bajar para que la gente pudiera comprarla … No solo subió el precio …” dijo Bolsonaro, quien explicó además que la oferta interna también se redujo considerablemente gracias a la medida.
“He mostrado a dónde quiere regresar esa otra parte y cómo les está yendo a los países a los que han apoyado. No voy a hablar más de Cuba y Venezuela, hablemos de Argentina. El régimen que defienden no funcionó en ningún lugar del mundo. Todos pagaremos un precio muy alto si las elecciones son incorrectas. Necesitamos votos democráticos y confiables en Brasil”, insistió.
La exigencia de Bolsonaro de una reforma al sistema electoral, que representaría un retorno al voto impreso, ha abierto frentes de batalla política en el Congreso y ante el Tribunal Supremo Federal (STF).
El presidente brasileño ha advertido explícitamente que “sin un voto impreso no hay elecciones el próximo año” y que no admitiría la derrota si era vencido mediante fraude.
En este escenario, el presidente del Tribunal Electoral, Luis Roberto Barroso, también miembro del STF, interpretó el mensaje de Bolsonaro: “El discurso de que si pierdo es porque hubo fraude es un pronunciamiento de alguien que no acepta la democracia”.
Según las últimas encuestas, si las elecciones fueran hoy, el expresidente Luiz Inácio Lula Da Silva ganaría en la primera vuelta.
“No tengo forma de demostrar que las elecciones fueron o no un fraude. Pero tengo pistas. Y un crimen se revela con varios indicios”, dijo el mandatario en su mensaje.
Bolsonaro también destacó el hecho de que desde abril de 2020, el STF había otorgado a los gobiernos estatales y municipales la autonomía para llevar a cabo sus propios planes para prevenir y combatir la pandemia del coronavirus.
Aún así, las medidas tomadas o no tomadas en los esfuerzos sanitarios se subrayan como responsabilidad de Bolsonaro y están siendo investigadas por un Comité Senatorial conocido como CPI, sobre el cual Bolsonaro ha dicho que no podría importarle menos.
Pero también es cierto que desde el año pasado el presidente brasileño habló de una “pequeña gripe” y que, con base en ese diagnóstico, quiso evitar que los estados impusieran cuarentenas.
Con base en el fallo del STF, Bolsonaro insistió en su inocencia con respecto a cualquier irregularidad en la lucha contra el covid-19 ya que el STF lo había despojado de todo pode.
Se espera que el presidente del Tribunal Supremo del STF, Luis Fux, pronuncie el lunes un discurso que añada leña al fuego de las disputas entre el Poder Judicial y el Ejecutivo y también contra los jefes de las fuerzas armadas, quienes la semana pasada dijeron al presidente de la Cámara de Diputados, Arthur Lira, que las elecciones serían “canceladas” en caso de “mantener el sistema de votación actual”, lo que ha llevado a los analistas a hablar de la existencia de un “partido militar [con] ambiciones políticas” en Brasil.