El fiscal federal de Rosario Fernando Arrigó habló con SinEse (Radio Gol 96.7) sobre el controversial fallo conocido en la tarde de este martes en el Caso Franco Casco. En abrir el diálogo, el funcionario expresó que «sería muy conjetural a esta altura adelantar cuáles son los fundamentos por que verdaderamente estoy un poco desconcertado« y anticipó recurrirá el fallo.
«Uno de los votos condeno con lo cual creo que es bastante controvertido. Esperaremos los fundamentos y sobre eso vamos a trabajar la apelación»
Fiscal Federal Fernando Arrigós
Al ser consultado sobre la postergación de la audiencia, que en principio estaba fechada para el pasado jueves, el fiscal explicó: «La suspensión es un problema reiterado por la escuela que esta pegada al Tribunal y cada vez que hay algún juicio que puede traer violencia, es un problema». En ese sentido consideró improbable que «las fuerzas de seguridad estuvieran al tanto de que pudiera llegar absolución o condena» aunque «de las dos formas podrían haberse dado hechos violentos y por eso se trasladó la fecha».
En cuanto a la resolución de los jueces, Arrigó advirtió que estuvo basada en la duda y «no porque hubiera certeza respecto de la inocencia» de los uniformados. «Hay mucha prueba que nosotros relevamos y tuvimos en cuenta que fue anunciada en el alegato y es como si no la hubieran visto», acusó al tiempo que consideró reforzada la postura de la querella en cuanto a la responsabilidad de los policías por «la condena de uno de los jueces».
Acerca de su labro, el fiscal fue contundente: «No tenía duda de que eran culpables y responsables de lo lo que los acusé. La duda no es para un fiscal. Cuando tenés pruebas, tenés que acusar por que sos parte, no juez«. En efecto, el funcionario pidió la absolución del oficial Walter Ortíz. «En esto también se ve el trabajo responsable de la parte acusadora y de quien habla», remarcó.
Fue así que también puso en relieve la labor del defensor oficial Martín Gesino. «Fue detallada e hizo hincapié en las inconsistencias que el personal que había intervenido como testigo y que oportunamente había sido detenido», expuso y ahondó: «Cuando hay personas que están siendo sometidas a torturas y hay una persona que está escuchando en forma de detención y que puede ser sometida o amenazada en la comisaría o de forma posterior, como se ha demostrado con pruebas, no se puede exigir ese nivel de coherencia que puede tener un testigo en un allanamiento. No es la misma situación». Es que el Tribunal desestimó los testimonios de personas que estaban alojadas en la Comisaría 7ma. mientras Franco estaba detenido y que señalan que el joven fue objeto de torturas. «No se le puede exigir lo mismo a una persona que estaba privada de su libertad y escuchando como torturaban a otra persona en el freezer y también que sea preciso, exacto y concordante», reiteró
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