Pasaron dos días de la jura Maximiliano Pullaro como Gobernador de la Provincia y tan sólo uno del anuncio de medidas en materia de seguridad algunas de las cuáles incluían «recuperar el control» de las cárceles. «Se les terminó el home office» había expresado el mandatario en su discurso ante la Asamblea Legislativa en la noche del domingo, en alusión a la comisión de delitos digitados desde las celdas. Además habrá reubicación de presos de comisarías al Servicio Penitenciario.
Este martes delincuentes abrieron fuego contra una sede bancaria en la zona sur de la ciudad de Rosario. Afortunadamente no se lamentaron heridos ni víctimas. Pero en la madrugada de miércoles dos sicarios que se movían en motocicleta dispararon contra el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez. Los vestigios del ataque quedaron marcados en la fachada vidriada del efector y en el lugar se encontró un cartón con un mensaje intimidatorio contra Pullaro y su familia. En la nota le advirtieron «no meterse» con el pabellón 9 de la cárcel de Piñero.
Horas después, el Gobierno difundió imágenes de efectivos de las fuerzas de seguridad interviniendo las celdas de la mencionada instalación penitenciaria.
El amedrantamiento al Gobernador cosechó la solidaridad y apoyo de buena parte del arco político de Santa Fe y hasta de la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich. No lo han hecho, hasta el momento, el actual diputado provincial y ex Gobernador Omar Perotti o el ex ministro de Gestión pública, Marcos Corach. Tampoco lo hizo el senador nacional del perottismo y ex candidato al sillón del Brigadier, Marcelo Lewandowski.