Javier Milei juró como Presidente: «No hay solución alternativa al ajuste ni al shock»

La frase fue repetida por el flamante Presidente en varias ocasiones durante su discurso en las escalinatas del Congreso de la Nación. Aseguró que su gestión buscará ordenar el "descalabro de 100 años" y anticipó que las decisiones que tomará en las próximas semanas "impactarán negativamente" en la producción y en la pobreza. "Este es el último mal trago para comenzar la reconstrucción de Argentina", expresó y volvió a marcar que habrá estanflación durante 18 o 24 meses. En la alocución presidencial, no apareció ni una vez la palabra "casta".

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Cerca del mediodía de este domingo, en el Congreso de la Nación, Javier Milei, cumplimentó con todas las formalidades del protocolo para convertirse en Presidente de la Argentina. El líder de La Libertad Avanza llegó y prestó juramento ante la Asamblea Legislativa. Con las continuas indicaciones de Cristina Fernández de Kirchner que se movió en el Palacio legislativo como si fuese su casa, el ahora primer mandatario atravesó cada paso de la asunción. Posteriormente, al darse terminada la sesión en el recinto de Diputados, se dirigió hacia la explanada en donde brindó su primer discurso como Presidente, al estilo estadounidense, dato que se erige como un anticipo de lo que será la gestión del ultraderechista.

“Hola a todos…”, comenzó Milei con vos ronca en reminiscencia a la conocida canción de La Renga que el líder libertario adoptó como su cadencia identificatoria. «Hoy comienza una nueva era en la Argentina y damos por terminada una larga y triste historia de decadencia y declive y comenzamos la reconstrucción del país», anticipó para exponer en por antonomasia que viene «una era de paz y prosperidad, de crecimiento y desarrollo, de libertad y progreso».

«No hay lugar a la discusión entre shock y gradualismo. Todos los programas de gradualismo terminaron mal mientras que los de shock fueron exitosos»

Con un breve recuento histórico en el que el Presidente aseveró que el país supo ser «el faro de luz de occidente» a principios del Siglo XX, señaló que se adoptó un «modelo que considera que los ciudadanos están para servir a la política y no que la política existe para servir a los ciudadanos». Según consideró se trata de una modelo que «fracasó en todo el mundo» mientras los cientos de ciudadanos que se acercaron ala ceremonia cantan «Libertad, libertad…».

En tal sentido, vociferó: «Mucho se ha hablado de la herencia que vamos a recibir. Ningún Gobierno ha recibido una herencia peor que la estamos recibiendo nosotros» y por tanto anunció que llevará adelante un «ajuste central en el sector público nacional de 5 puntos que caerá sobre el Estado y no sobre el sector privado». A esto, la muchedumbre coreó: «Motosierra, motosierra…».

«Luego del reacomodamiento macro que vamos a implementar la situación comenzará a mejorar. Habrá luz al final del camino»

Cómo lo había hecho luego de obtener la victoria en el ballotage, el ultraderechista reiteró que «es necesario limpiar los pasivos remunerados del Banco Central, responsables de su déficit. Se pondría fin a la emisión de dinero responsable de la inflación». De igual manera repitió que los resultados no serán inmediatos al mencionar que «la política monetaria actual con un rezago de 18 a 24 meses haciendo que aún cortando hoy se siga pagando los desmadres del Gobierno saliente». Y fustigó: «Lo vamos a pagar en inflación».

Fue en ese tramo en el cual hizo un funesto de los pronóstico: «Una inflación del 52 por ciento mensual para los meses entre diciembre y febrero«. Asimismo, consideró que el Gobierno de Alberto Fernández «ha dejado plantada una hiperinflación». Los cientos de ciudadanos convocados adornaron el momento canturreando: «No hay plata, no hay plata…».

«La única posición posible es un ajuste ordenado y que caiga con toda su fuerza sobre el estado y no sobre el sector privado»

Con esto dicho, Milei no esquivó el obvio bulto y expresó que las medidas impactarán sobre le nivel productivo y, de forma más sensible, en los niveles de pobreza e indigencia. «Habrá estanflación», sostuvo cómo lo había adelantado días atrás aunque aseveró que «no será distinto a los últimos años. Hace más de una década que hay estanflación».

Más adelante, se refirió a la situación de inseguridad que azota al país e hizo mención de la sensible tesitura de la ciudad de Rosario, en el sur de Santa Fe. Sostuvo que dicho territorio ha sido «secuestrado» por el narcotráfico y que las fuerzas de seguridad «han sido olvidadas por la política». En esa misma línea, hizo gala de una idea de mano dura al señalar: «Se acabó el siga, siga de los delincuentes» mientras quienes presenciaban desde las calles entonaban: «Policía, policía…»

«El tejido social esta completamente roto en el que 20 millones de argentinos no pueden vivir una vida digna. La única forma de salir de la pobreza es con más libertad»

Bajo la misma luz pareció enviar un mensaje a los gremios y movimientos sociales que ya han mostrado su descontento con la inclinación a recortar derechos adquiridos y podrían manifestarse en las calles. Luego de citar el credo que sintetiza el ideario de los liberales de derecha, espetó: «El que que corta la calle no recibe la asistencia de la sociedad. El que corta no cobra«. Esto, a priori, sería una señal de que cierta asistencia social podría mantenerse, lo que se condice con los dichos del Presidente acerca del Ministerio de Capital Humano (que contendrá a Desarrollo Social) será el único que «tendrá billetera abierta». Y sumó: «Aquellos que quieren utilizar la violencia y la extorsión se encontrarán con un Presidente inamovible para lograr los cambios que la Argentina necesita».