En los primeros días de octubre finalizó la etapa previa a las mejoras integrales que proyecta el municipio en la Casa Museo César López Claro, continuando con una puesta en valor que permitió reabrir el espacio en noviembre del año pasado.
La Sala América de la institución ubicada en Piedras 7352, quedó habitada por aproximadamente 2000 obras patrimoniales, entre las que cuentan un gran volumen de dibujos y bocetos, que fueron relocalizadas para avanzar con las tareas en la planta alta del edificio, donde se guardan habitualmente.
En el traslado intervinieron los equipos de Conservación y de Montaje de la Dirección de Museos; y el personal de la propia Casa Museo. Para bajar las obras, se diseñó un sistema con poleas que resultó beneficioso para reducir el impacto que puede tener el movimiento sobre cada pieza; evitar el paso por la escalera, que contiene un mural; y mejorar las condiciones de trabajo para el personal que estuvo abocado a la tarea. La Carpintería del Teatro Municipal también se involucró en el armado de la estructura de madera en la que se trasladaron las obras.
Una estrategia para cada contexto
“Para este tipo de tareas se requiere de un trabajo en equipo. Hay muchos saberes involucrados”, sostiene la coordinadora ejecutiva de Museos y Aprendizajes, Priscila Sandoval. Para la planificación, se implementó una metodología denominada RE-ORG, que desarrollaron el ICCROM (International Centre for the Study of the Preservation and Restoration of Cultural Property) y el CCI (Canadian Conservation Institute) para procesos de reorganización de depósitos de museos de todo el mundo.
“RE-ORG plantea que los dispositivos sean situados, para cada espacio, para un equipo de trabajo específico y para determinadas obras. El punto de partida es un diagnóstico de aquello con lo que se cuenta y en base a eso se construye la estrategia de trabajo. Según estos principios siempre se puede hacer algo, no hay condición que impida trabajar con el patrimonio mientras la estrategia se ajuste a los recursos con los que se cuenta. El objetivo es no deslocalizar los patrimonios sino que permanezcan en los lugares donde se fueron generando. Hay otros criterios que proponen concentrar diversos acervos en una única reserva, pero creemos que es importante que estén vinculados a los espacios y las personas que los generaron; siempre que esto sea posible, que no represente un riesgo y que se puedan dar a conocer en ese mismo contexto”.
Siguiendo esa metodología se aprovechó el traslado dentro del edificio para clasificar las obras de acuerdo con los distintos tipos de tarea de conservación que necesitan: “en algunos casos requieren una intervención sencilla como limpieza, y en otros casos hace falta algo más complejo si hay otro tipo de deterioro”, precisó la funcionaria.
Fondos documentales
En ese trabajo transversal se sumó también al Archivo de la Imagen Documental, creado por la Secretaría de Educación y Cultura en 2021, que cuenta con el asesoramiento externo de María José Vanni.
La reorganización del patrimonio de la Casa Museo sirvió también para reunir la gran cantidad de documentos, cartas y fotografías familiares, que hasta ahora no estaban organizados con criterios archivísticos. Se comenzó entonces por identificar y organizar esos materiales en cuatro fondos documentales: dos que contienen material personal y profesional de María Brizzi y de César López Claro, un fondo familiar y otro institucional.
“Desde el Archivo de la Imagen Documental vamos a trabajar para el recupero, conservación y digitalización de esos fondos. En particular nos parece importante todo lo que se pueda generar sobre María Brizzi, a partir del objetivo que planteó la gestión de poner en valor su figura, teniendo en cuenta también que por dedicarse a las artes escénicas en un momento donde los registros fílmicos no estaban tan extendidos por ejemplo, sus cuadernos, las cartas que escribía, nos pueden aportar información acerca de su producción, que no es tan reconocida como la de su compañero”, anticipó la coordinadora de Museos y Aprendizajes.