El FMI cree que buena parte de la inflación se debe a las ganancias de las empresas

El dato se desprende de un estudio realizado por el organismo multilateral sobre el fenómeno de alza inflacionaria que aqueja, también, a Europa. "El aumento de los beneficios empresariales explica casi la mitad del incremento de la inflación en Europa en los dos últimos años, ya que las empresas subieron los precios más de lo que lo hicieron los costos de la energía importada”, resalta el reporte como uno de los principales argumentos. Además señalaron que las empresas han estado más protegidas contra la inflación que los trabajadores.

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De acuerdo a un análisis publicado por el Fondo Monetario Internacional, la causa de la inflación en Europa durante los últimos años tiene que ver con los márgenes de ganancias de las empresas. Los 3 especialistas que lo suscriben Kristalina GeorgievaNiels-Jakob Hansen, Frederik Toscani, Jing Zhou, afirmaron: “El aumento de los beneficios empresariales explica casi la mitad del incremento de la inflación en Europa en los dos últimos años, ya que las empresas subieron los precios más de lo que lo hicieron los costos de la energía importada”.

«Las perspectivas de inflación en Europa dependen de cómo absorban los beneficios empresariales las subas salariales»

Según los autores, “ahora que los trabajadores exigen subas salariales para recuperar el poder adquisitivo perdido, es posible que las empresas tengan que aceptar una menor participación en los beneficios si quieren que la inflación siga en camino de alcanzar el objetivo del 2 por ciento fijado por el Banco Central Europeo para 2025, según las previsiones de nuestro último informe Perspectivas de la economía mundial (WEO)”.

En ese sentido, recordaron que “la inflación en la zona del euro alcanzó un máximo del 10,6 por ciento en octubre de 2022, cuando los costos de importación se dispararon tras la invasión rusa de Ucrania y las empresas repercutieron en los consumidores más que este aumento directo de los costos”. Asimismo, sostuvieron que desde entonces hubo un retroceso del índice -hasta 6,1 por ciento en mayo- «pero la inflación subyacente se ha mostrado persistente».

Tal cual como ocurre en la Argentina, el fenómeno, siempre según los autores del reporte, ejerce presión sobre el Banco Central Europeo para que aumente las tasas de interés, «a pesar de que la zona euro entró en recesión a principios de año». Y resaltaron: «En junio, las autoridades subieron las tasas hasta el 3,5 por ciento, el nivel más alto en 22 años”.

“El aumento de la inflación hasta la fecha refleja principalmente el incremento de los beneficios y de los precios de importación, siendo los beneficios responsables del 45 por ciento de las subidas de precios desde principios de 2022″, explicaron. En tal sentido, deglosaron que «los costos de importación representaron alrededor del 40 por ciento de la inflación, mientras que los costos laborales supusieron el 25. Los impuestos tuvieron un impacto ligeramente deflacionista”.

“En otras palabras, hasta ahora las empresas europeas han estado más protegidas que los trabajadores frente al impacto adverso de los costos. Los beneficios (ajustados a la inflación) se situaron en torno a un 1% por encima de su nivel anterior a la pandemia en el primer trimestre de este año”, definieron.

Mientras tanto, “la remuneración de los asalariados (también ajustada) se situó en torno a un 2% por debajo de la tendencia. Esto no es lo mismo que decir que la rentabilidad ha aumentado, como se expone en nuestro documento”.

En este punto advirtieron que “los anteriores episodios de encarecimiento de la energía sugieren que la contribución de los costos laborales a la inflación debería crecer en el futuro. De hecho, ya ha repuntado en los últimos trimestres. Al mismo tiempo, la contribución de los precios de importación ha caído desde su máximo a mediados de 2022″. Aquí explicaron el retraso de los aumentos salariales: “los salarios tardan más que los precios en reaccionar a las perturbaciones. Esto se debe en parte a que las negociaciones salariales se celebran con poca frecuencia”.

“Pero después de ver cómo sus salarios caían en torno a un 5 por ciento en términos reales en 2022, los trabajadores están presionando ahora para conseguir aumentos salariales. Las cuestiones clave son a qué ritmo subirán los salarios y si las empresas absorberán los mayores costos salariales sin aumentar aún más los precios”, indicaron.

“Si los salarios aumentaran más significativamente -por ejemplo, a la tasa del 5,5 por ciento necesaria para que los salarios reales vuelvan a su nivel prepandémico a finales de 2024-, la participación de los beneficios tendría que caer al nivel más bajo desde mediados de los años noventa (salvo un aumento inesperado de la productividad) para que la inflación volviera al objetivo”, aclararon los expertos del área de Investigación que dirige Pierre-Olivier Gourinchas.

De todos modos, los economistas sugirieron una solución clásica: “Las políticas macroeconómicas deben seguir siendo restrictivas para anclar las expectativas y mantener una demanda moderada”.

Amen de ello, “las empresas aceptarían una compresión de la participación en los beneficios y los salarios reales podrían recuperarse a un ritmo moderado”. O sea, más allá de la causalidad de la suba de los precios, la reducción del problema depende de políticas macroeconómicas sólidas, como la cuestión fiscal y tasas de interés positivas, entre otras.

A principios de este año, otro ex economista del FMI, Olivier Blanchard, había afirmado que “la inflación es fundamentalmente el resultado del conflicto distributivo entre empresas, trabajadores y contribuyentes. Solo se detiene cuando los distintos jugadores se ven obligados a aceptar el resultado”.

con información de Infobae.com