En medio de la crisis del sistema de transporte de pasajeros en todo el país y con particular vehemencia en la capital santafesina durante esta semana, los delegados de los trabajadores de la Línea 1 revelaron las condiciones en la que se desempeñan diariamente. Colectivos en mal estado, expulsados de otras provincias y habilitaciones municipales con base en controles meramente estéticos de las unidades.
En un reportaje publicado en UNO, los choferes expresaron que el servicio está «totalmente resentido por falta de mantenimiento. La flota que tiene ERSA en la calle vino desde Córdoba expulsada, la trajeron acá, se la habilitaron y se la siguen habilitando«. En la misma senda, señalaron que se trata de «coches que cumplieron su ciclo y no se les hace mantenimiento correspondiente. Tampoco la verificación técnica en talleres habilitados. Se la habilitan sólo chequeando la parte estética del coche, como las luces. La municipalidad se los habilita y ese coche sale a la calle y no se la aguanta, se rompe seguido».
Es de esa manera que el recorrido de la Línea que es el medio de movilización de algunos de los barrios más populosos y vulnerabilizados de la ciudad, se ve resentido cuando varios coches se averían. «Cuando faltan tres o cuatro coches en la línea no hay manera de que el servicio se pueda sostener, no hay manera que ese chofer pueda llegar horario, y no hay manera de cargar toda esa gente», aseveraron los delegados.
Por último, entendieron el malestar de los usuarios pero pusieron en relieve lo que aguantan los choferes. «Están cansados de renegar, que la gente los insulte. Hay días que el servicio se resiente más que otro, todo depende de la cantidad de coches que se rompan y la cantidad de gente que sale en la calle», describieron y resaltaron: «No pasa en otras empresas, es en ERSA, en otras empresas las cosas se hacen de otra manera».