El pasado 17 de marzo el Ministerio de Trabajo de la Provincia llevó adelante una inspección ocular en la casa central de una empresa panificadora sita en calle Tucumán al 3200. En un momento, los agentes encontraron a 10 personas encerradas en una habitación y se constató que se trataba de quienes manufacturaban la producción diaria con vinculación laboral endeble, es decir, en «negro».
Esto concitó que se radicara una denuncia en el Ministerio Público de la Acusación por la posible comisión del delito de «Privación ilegítima de la libertad», previsto en el Art. 141 y agravante del Art. 142 del Código Penal. En diálogo con LT9, el director regional del ministerio de Trabajo de Santa Fe, Juan Quagliotti, reveló detalles del momento: “La inspección se desarrollaba en los parámetros normales, sin inconvenientes. Hasta que se detectó que en un entrepiso, estaba la puerta cerrada con llave y que posiblemente había personas en su interior. Esto fue corroborado mirando por la mirilla de la puerta y se escuchaban voces”.
Asimismo, reveló que las personas que estaban en dicho espacio estuvieron allí durante más de una hora «sin agua ni ventilación». Por tanto, todos los participantes de la inspección declararon ante el MPA. «Y ademas hubo un trámite administrativo, porque no estaban registrados los trabajadores y otra acta por la obstrucción del operativo. Se aplicaron multas altas y las multas quedaron firmes”, agregó Quagliotti.
Según informó el funcionario, la firma panaderil puso en blanco a todos sus trabajadores tras las consecuencia de las infracciones mencionadas.