Rubén Giustiniani: “La verdadera grieta es el 40 por ciento de pobreza”

El diputado provincial de Igualdad y Participación advirtió por “la crisis de legitimidad y de credibilidad” de la política.  “Necesitamos un shock para cambiar a un modelo que genere trabajo”, pidió el referente de centroizquierda.

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Rubén Giustiniani fue de los primeros en romper con el socialismo y el frente que gobernó por 12 años la provincia. Y ahora es el encargado de sumar a los heridos de aquella coalición que no aceptan un armado con el PRO, para proponer en las elecciones del año próximo una oferta de centroizquierda a la que denominaron “Punto de Partida”. El actual diputado provincial está preocupado por la posibilidad de que sea la derecha extrema la que capitalice el descontento popular, tras casi ocho años de políticas que erosionaron el poder adquisitivo del trabajador, primero con Macri y ahora con Fernández. Cree que la construcción social y no sólo política, a la que apuesta, con presencia del feminismo, el ambientalismo, las diversidades y los clubes de barrio, es el antídoto, no sólo a la grieta, sino al voto bronca que se desliza a los extremos. Y propone probar con “una medicina distinta”, con la intención de “cambiar a un modelo que genere trabajo”.

—¿Cómo cree que pueden plantearse el año próximo las elecciones, tanto en Nación como como en provincia? En un principio parecía que se polarizaba todo nuevamente, pero ahora parece que hay otras opciones.

—Sí, yo creo que hay una impugnación de la mayoría de la sociedad hacia la política, hay una crisis de credibilidad y de legitimidad, de la sociedad hacia la dirigencia política, y esa es la verdadera grieta. La otra grieta, que aparecía en blanco y negro, era una grieta política que debilitaba el debate y eran confrontaciones y descalificaciones personales. Me parece que la verdadera grieta es ésta, es el 40% de pobreza en el país, una indigencia que crece, los jubilados, que están por debajo de la línea de pobreza, y una inflación que no cede. Entonces, ante la falta de respuesta de los gobiernos, provincial, nacional, evidentemente que, sumado a que la gente salió muy mal de la pandemia, hoy vemos las encuestas, el “no sabe, no contesta” va ganando la pulseada.

—¿Y cómo como cree que va a impactar esta crisis de credibilidad? ¿Y cuáles pueden ser los peligros de esta situación?

—Los peligros son de canto de sirena como el de los libertarios en este momento, que desde la antipolítica plantean, como ha pasado en otros países del mundo, un corrimiento hacia la derecha. Una de las manifestaciones es ésa, hay un corrimiento hacia la derecha. Yo creo que hay un gran espacio vacante, desde la izquierda y del centro izquierda, en el país y en la provincia de Santa Fe, y desde ese punto de vista es que nosotros hemos lanzado este “Punto de Partida” con siete fuerzas políticas que son Igualdad y Participación, que integramos con Agustina Donnet, el Frente Social y Popular, de Carlos Del Frade; los radicales de Palo Oliver; el partido Sí de Alicia Gutiérrez, con un trabajo en el campo de los derechos humanos, el sector Bases del Partido Socialista, de Eduardo Di Pollina, Pares, de Verónica Benas, y Libres del Sur, de Gabriela Sosa, que tiene un trabajo en diversidad y en feminismo. Es decir, sectores que integraban el Frente Progresista y que no aceptan ir a una alianza con el PRO, con Cambiemos, y quienes venimos trabajando ya desde hace tiempo juntos, sobre todo en la Legislatura provincial. Esa propuesta “Punto de Partida”, que lanzamos desde la Llama Votiva del Monumento Nacional a la Bandera, y nos definimos como un espacio no sólo político, sino también social y cultural, es un mensaje fuerte hacia la sociedad, porque creemos que si no se cambia la manera de hacer política, si la política no sale de su encapsulamiento, el malestar de la sociedad es cada día mayor. Esto no es llamar a la gente a una propuesta cerrada, sino todo lo contrario. Queremos construir un camino junto con organizaciones sociales ambientales, de feminismo, de los clubes de barrio, que sostuvieron la solidaridad con las ollas populares en la pandemia… Creemos que ese es el el camino para que la gente no vote esa convocatoria que parece perversa de optar por Guatemala para que no gane Guatepeor, y que pueda votar en positivo.

—¿Apuntan a capturar el voto desencantado de radicales y socialistas, los que no están conformes con este frente de frentes?

—Yo creo que cada vez la gente vota más libremente. No creo que nadie tenga el voto cautivo. Cada elección nos demuestra eso. Este es un gran espacio para la juventud, para los trabajadores, para votar con expectativas. No para hacer un voto negativo. Nuestro espacio se plantea desde ese punto de vista.

—Hay sectores del progresismo local, particularmente Ciudad Futura, que tienen otra estrategia. Ellos creen que ante la opción de que vuelva el macrismo, es válido armar un gran frente con con el peronismo como para obturar esa posibilidad de regreso. Ustedes no coinciden con ese diagnóstico.

—No, no coincidimos. Tenemos simpatía y una relación, pero este espacio nuestro, “Punto de Partida”, se definió claramente desde el inicio por fuera de la grieta. Por supuesto hasta el último minuto vamos a seguir convocando a todas las fuerzas culturales, sociales y políticas, con quienes podamos coincidir en lo que nosotros definimos, no como un programa que lo escriben cuatro entre cuatro paredes, y que nadie conoce y que nunca se cumple, sino como el programa de testimonio de lucha que hemos llevado adelante de todos estos años en la Legislatura provincial, con las mismas propuestas y la misma lucha. Por una ley de humedales, por una ley de educación que la provincia es una vergüenza que todavía no tenga, por más seguridad para las vecinas y vecinos, que pasa por tener una ciudad menos desigual. Es decir, desde una visión que queremos compartir, con una construcción de abajo hacia arriba.

—Esta posibilidad de que el socialismo participe en el frente de frentes, ¿le da la razón a usted que tomó otro camino hace mucho tiempo?

—Mis diferencias siempre fueron públicas y siempre elegí un camino por la positiva. De hecho, quienes tomamos este camino fuimos los artífices de la unidad del socialismo a nivel nacional. Me tocó a mí como presidente el Partido Socialista Popular, con Alfredo Bravo, que era el presidente del Socialismo Democrático, hacer la unidad del socialismo. Por eso, lejos de rehuir al debate público, fuimos siempre muy prudentes desde Igualdad para iniciar un nuevo camino y plantear por la positiva. Ojalá que el Partido Socialista finalmente no decida ir con el PRO.

—Apelando a la historia que usted tuvo dentro del socialismo, ¿cómo cree que puede afectar una decisión de ese estilo?

—Bueno, que participe de este espacio el sector Bases ya habla de que hay sectores que hoy están dentro del Partido Socialista que no aceptarían esa decisión. Pero bueno, yo estoy afuera de ese debate.

—Pero bueno, usted fue uno de los puntos altos del nivel dirigencial del socialismo. Con lo cual su mirada, si bien está alejado, no es totalmente externa.

—Sí, hemos estado en la fundación misma. Y nosotros dejamos en el 2011 la conducción nacional del partido, un partido que supo tener once diputados nacionales, un senador nacional, presencia en todo el país y que gobernó Santa Fe y Rosario. Hoy prácticamente queda poco de todo eso, pero es un debate que lo daremos en su momento, fuera del calor de las campañas electorales y con la serenidad como para que en algún momento estas ideas que estamos planteando de progresismo de centroizquierda y de la izquierda vuelvan a ser mayoritarias en la provincia y en el país.

—En el principio de la charla usted decía que la verdadera grieta hoy es la crisis de credibilidad en la política, y que el riesgo es que los libertarios se constituyan en una opción de rechazo o de castigo al sistema. ¿Esto podría verse con más claridad en la Nación que en la provincia, donde no ha tomado forma todavía?

—Aparecen, aparecen en la Nación y aparece en la provincia también, a pesar de que tengan más encarnadura en la Nación. Viendo los procesos de América Latina y el mundo se ve se también las dos caras de la misma moneda, ¿no? Se ve (Jair) Bolsonaro, se ve (Donald) Trump, se ve un Vox en España, o también las últimas elecciones italianas. Pero también se ve donde hay una propuesta renovada, joven, nueva, desde la centro izquierda y la izquierda, que también puede convocar a las mayorías, como fue en Chile, como fue en Colombia, como fue en Bolivia, y como termina de ser, con una trayectoria y con un peso específico tradicional del PT, Lula en Brasil. Vemos cómo también, cuando hay una respuesta de un sector progresista, de centroizquierda, también la sociedad lo encarna en ese sentido.

—Usted habla de crisis de credibilidad y se vienen a la mente los recuerdos de la crisis del 2001. ¿Cómo cree que estamos en comparación con ese momento?

—Si bien no es una explosión de una crisis tan profunda como fue la de 2001, cuando uno ve los índices de pobreza y de indigencia estamos peor.

—¿Y más específicamente en cuanto al descreimiento de los ciudadanos?

— Hoy no se ve la explosión de la pobreza en conjunto con el gran rechazo de los sectores medios por el corralito y el corralón, que significaron la salida a las calles de esa que parecía una unidad de rechazo hacia el gobierno manifestado no solamente por los sectores más carenciados y los sectores del trabajo organizado, sino también de las clases medias. Hoy se ve un rechazo y un malestar más sereno, pero también es profundo como aquel.

—Si pensamos en las opciones electorales, la gente no tiene opciones mayoritarias a mano que puedan exhibir resultados positivos de gestión.

—Por eso, desde mi punto de vista, esto abre a que pateemos el tablero en un sentido de cambiar la naturaleza del debate. Porque cuando uno analiza los últimos dos gobiernos no hay tanta diferencia en la en las cuestiones centrales y estructurales del país, como la política energética por ejemplo, o como el tratamiento de la deuda. Si bien fue bochornoso tomar 57.000 millones de compromiso con el Fondo Monetario Internacional, hoy estamos atados a las políticas de ajuste del Fondo Monetario Internacional por muchísimos años más. Puede haber una política de más Estado por un lado y desde el otro lado se ofrece más mercado, pero lo que necesitamos para atacar los graves problemas que tenemos es una medicina distinta, medicina más fuerte. Necesitamos un shock para cambiar un modelo que genere trabajo. Esto que está pasando evidentemente, no es una respuesta a la solución a los graves y los índices permanentes de inflación, pobreza, indigencia, desocupación, marcan que seguimos en una senda descendente.

—Y en la provincia, ¿qué es lo que cree que hace falta?

—En la provincia, con la potencia que tiene Santa Fe, se necesitan muchas cosas. Se necesita primero una respuesta urgente en el tema de la seguridad en las dos grandes ciudades, que son Rosario y Santa Fe. En segundo lugar, una respuesta fuerte en el tema tributario, para generar una economía que pueda generar puestos de trabajo, y una salud y una educación a la altura de lo que hoy necesitamos. Y una política de vivienda, para para que tengamos ciudades más iguales. Precisamente esos rasgos de desigualdad son una de las causas profundas de la inseguridad que padecemos, sobre todo en las dos grandes ciudades, Rosario y Santa Fe. Eso no lo puede dar un gobierno municipal solamente, tiene que haber un plan articulado con provincia y Nación. Rosario está muy linda en todo lo que en todo lo que es la costa, pero Rosario tiene graves deficiencias en todo lo que es la Circunvalación. Cuando recorremos la Circunvalación hacia adentro la ciudad tiene grandes carencias, y la respuesta tiene que ser una respuesta articulada de Nación, municipio y provincia. No sólo en el plano de lo que es la respuesta de la fuerza de seguridad, que hay que articular ese trabajo. Hay que reformar de forma profunda la policía provincial, hemos presentado leyes en ese sentido, pero también tiene que haber una presencia muy fuerte el Estado como la supimos tener en Rosario cuando llegamos a a todos los barrios con los centros Crecer, con los dispensarios barriales en la primera gestión de Hermes Binner.

—¿En el espacio de ustedes ya se habló de candidaturas?

—Nosotros planteamos que las candidaturas son el punto de llegada. Que vendrán el año que viene, donde aspiramos a presentar candidaturas en todos los niveles. Pero ese es el punto de llegada. Por eso nos definimos este inicio como “Punto de Partida”, y queremos recorrer el camino hasta el año que viene sumando la mayor cantidad de expresiones sociales, culturales y políticas que se puedan en toda a lo largo del ancho de la provincia. Y el año que viene hablaremos de las candidaturas.
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Fuente: elciudadanoweb.com
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