En el Cenotafio a los Caídos ubicado en la ciudad de Buenos Aires, el Presidente de la Nación, Javier Milei, lideró el acto por el 42° aniversario del inicio de la Guerra de Malvinas. A su lado se encontraban la vicepresidenta Victoria Villarruel, el Jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri y el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem.
“El mejor homenaje a lo que dieron la vida por nuestro país es defender el reclamo inclaudicable por la soberanía argentina sobre las Malvinas, Georgias del Sur, Sándwich del Sur y los espacios marítimos circundantes», comenzó en su discurso el ultraderechista para dar paso a las críticas a las gestiones anteriores: «pero un reclamo real y sincero, no meras palabras en foros internacionales, con nulo impacto en la realidad y que sólo le sirven al político de turno para impostar un falso amor por el país”.
«Este 2 de abril inauguremos una nueva era de reconciliación con las Fuerzas Armadas»
Presidente de la Nación, Javier MIlei
Tras despotricar la falta de «resultados», el Presidente aseguró que «para que los reclamos soberanos sean escuchados y respetados, es condición necesaria primero que el país y su dirigencia sea respetada, ya que nadie tomaría en serio el reclamo de defaulteadores seriales, corruptos o dirigentes políticos que más que una visión de país, lo que defienden es un modelo de negocios».
En la misma línea enumeró dos condiciones para que Argentina obtenga el respeto aludido en el mundo. «Debe ser protagonista del comercio internacional y también debe contar con fuerzas armadas capaces de defender su territorio frente a cualquiera que intente invadirlo. Nadie escucha ni respeta un país que sólo produce pobreza y cuyos políticos desprecian a sus propias fuerzas», espetó. A lo que sumó con tono refundador: «Somos, después de décadas, el primer gobierno que se hace cargo de esta situación y que tiene un rumbo claro para ser un país realmente próspero y soberano”.
En otro momento, como habitúa, se remitió a datos históricos y destacó a la «generación del 80» y más precisamente a la figura de Julio Argentino Roca a quien consideró «el padre de la Argentina moderna». Luego de la mención aseveró: «no existe soberanía sin prosperidad económica y, como muestra toda la evidencia empírica, no existe prosperidad económica sin libertad económica”.
Vale destacar que en su discurso, el Presidente Milei se quejó por la «partidización de la causa» -apuntando nuevamente al kirchnerismo- pero terminó sus palabras -oficiales, dado que fue en su carácter de titular del Ejecutivo nacional- al grito de «¡Viva la libertad, carajo!».