En la noche de este lunes finalizó la más reciente reunión paritaria del sector docente. Pasadas las 20 horas las partes tomaron contacto con la prensa que se encontraba expectante en la sede del Ministerio de Trabajo. La novedad recibida es que la propuesta oficial contempla un 18 por ciento de suba salarial a pagarse por planilla complementaria a mediados de abril más algunas mejoras en las condiciones de trabajo.
Entre ellas se puede contar la restitución de la jornada extendida, la ponderación de los concursos para puestos de supervisor y, por supuesto, la vocación de volver a conformar la mesa de negociaciones para la política salarial de abril. Es de recordar que días atrás, el ministro de economía de la Provincia, Pablo Olivares, había señalado que es muy probable que se ingrese en un período de «paritarias permanentes», a caballo de la realidad macroeconómica del país y de las decisiones que toma el Gobierno de ultraderecha de Javier Milei.
Al momento de enfrentar a los medios, el titular de la cartera educativa, José Goity, comentó que la reunión se dio en buenos términos pero que fue «trabajosa» como las anteriores. Además resaltó el esfuerzo de la Provincia para comprometer el 18 por ciento de incremento de sueldo para cada docente que, en palabras de Olivares, significan 30 mil millones de pesos. De aceptarse la propuesta, un docente recién iniciado cobraría 52 mil pesos más y las categorías de supervisor hasta 170 mil pesos.
En tanto, de no ser favorable la contestación de los trabajadores no se descarta el descuento de los días no trabajados, tal como lo señaló el mismo funcionario ante la consulta periodística.
Por su parte, Rodrigo Alonso, secretario general de Amsafé, consigno que la oferta «claramente no contenta las expectativas» en lo salarial pero que su destino será «decidido por las bases». Este jueves se convocará a la Asamblea extraordinaria para dilucidar si el pulgar de los docentes apuntará al cielo o al suelo.
Sobre el mismo tema, Pedro Bayugar de Sadop, remarcó que se trata de un ofrecimiento «bypass» siendo que en días más tendrán que reiterar el cónclave con las autoridades provinciales para concertar nuevas condiciones para los haberes de abril.
Todos los actores que aparecieron frente a los medios tras la paritaria mostraban un claro desgaste por la extensión de las negociaciones que, a esta altura, estaban llevando el tema a una encerrona entre medidas de fuerza y amenazas de la Provincia. Es de recordar que, con buen tino, la Casa Gris decidió convocar a los gremios durante los primeros días del mes de enero, a sabiendas de que históricamente se trata de una discusión ardua que termina entorpeciendo el comienzo del ciclo lectivo. No obstante, las partes no contaron con los factores de índole nacional que agravarían la situación: La eliminación de el Fondo de Incentivo Docente y el resto de aportes que, por ley, la Nación realiza para mejorar los salarios de los educadores. Como así tampoco se previó la fuerza del impacto de la megadevaluación de diciembre, las quitas de subsidios a los servicios básicos y el encarecimiento desmedido de los alimentos y de los insumos escolares.
Todo eso se combinó para hacer que las clases no comenzaran el 26 de febrero, más allá de las buenas intenciones de uno y otro lado. «Ahora tendremos una reunión puertas adentro del gremio para decidir qué estrategia es la mejor para proteger los intereses de nuestros afiliados», exclamó Alonso en alusión a cómo articularán las exigencias para el Gobierno cuando ya es casi un hecho de que los conciliábulos tendrán una periodicidad casi mensual.